viernes, abril 19, 2024
Golazo HDNacionales

¿Cómo se le puede ganar a Alemania?

 Cuesta encontrarle puntos débiles a Alemania . Su principal virtud está en los gestos técnicos individuales. Cómo controlan la pelota, cómo hacen un pase al ras, la eficacia que tienen. Se las arreglan para resolver con ambos perfiles, se mueven con inteligencia, rotan, se escapan de los puntos fijos para atacar. Su lema es llegar a definir, no importa quién. En defensa muestran una asombrosa tranquilidad para hacer una cobertura o un relevo, para apoyarse con un pase atrás. Salen jugando y atacan con mucha gente, cada avance es respaldado por los cuatro ofensivos (Muller-Kroos-Ozil y Klose) más uno o los dos interiores y las subidas de Lahm como lateral/wing por la derecha. También presionan alto, quitan y en cuatro toques pueden llegar hasta el área chica rival. Son peligrosos de pelota parada y convierten por porte físico y decisión para buscar los centros, pero también porque planifican hasta los rebotes. Encima de todo eso, tienen un promedio bajo de infracciones por partido, apenas 12,2 (incluso contra Argelia, que hubo alargue, sumó 11). Así es que, partiendo desde el esquema táctico 4-2-3-1 lograron edificar un poderío que no es casualidad, sino el trabajo de muchos años de seriedad.

Es el equipo más completo del Mundial en cuanto a los recursos ofensivos: puede resolver de contra, pero tiene mayor elaboración desde Schweinsteiger, Kroos y Ozil; puede jugar con Müller como centrodelantero o como extremo para hacerle un lugar a Klose o Schurrle, dependiendo el contexto. Rotan posiciones, se entienden. Gotze también convierte; Lahm marca diferencias como lateral derecho o donde juegue; Hummels es un central que cruza la mitad de la cancha (salvo Goltz en Lanús o Grimi en Godoy Cruz, cuesta ver eso en el fútbol argentino). Triangulan, generan desdoblamientos, atacan con respaldo. Menos ante Brasil (49%) y Francia (50%), después tuvieron en el Mundial mayor posesión del balón que sus rivales. Remata un promedio de 14,6 veces por partido, pero el dato está en su efectividad: de los 88 disparos en el torneo, el 72,7% (64) fueron al arco.

Pero la Argentina igual puede ganarle. Una de las estrategias para vencer sería tomar una postura distinta a la mostrada ante Holanda. Habría que atacar a Alemania desde el primer minuto, presionarlo bien arriba a tal punto de no dejarlo salir jugando desde abajo. En ese uno contra uno de toma de marcas, dejarle la salida de atrás a Boateng, el central más flojo con la pelota. Generarle una “trampa”, como la que hizo Van Gaal con la Argentina , de forzar a que salgan con Boateng y ahí elegir el momento para presionar en bloque, aún asumiendo quedar en defensa mano a mano.

Cuando hay un saque de arco para Alemania, el equipo se debería parar arriba, que la Argentina sea un equipo compacto (y no largo); y Neuer si no sale con Boateng, que elija el pelotazo, así se divide el balón y se corta de arranque una elaboración escalonada y precisa, como la que acostumbra a hacer el equipo de Low, incluso con salidas preparadas que involucra a los interiores para el nacimiento, para también para la finalización de los avances. Más que nunca, todos en Argentina van a tener que ayudar para defender, como hicieron ante Bélgica.

A la hora de atacar, se los puede lastimar con transiciones rápidas y elegir la zona de los vértices del área grande para lanzar y asistir con los “centros-gol” cruzados al segundo palo (a las espaldas de los laterales) para finalizar con la llegada de un volante/delantero que haga la diagonal o respalde el ataque hasta el final. Serán importante las diagonales de afuera hacia adentro, que Messi tenga receptores dentro del área para los pases filtrados que pueden llegar a vulnerar una defensa que por momentos queda en línea, por eso de querer presionar alto y achicar espacios. Pero en cualquiera de los casos, la Argentina debería estar más pendiente de la ejecución que de la elaboración, con ataques mentalmente planificados y posiciones marcadas para terminar los avances con rapidez y, además, optimismo.

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