viernes, abril 19, 2024
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Juzgarán a un nazi, como cómplice de 300 mil muertes en Auschwitz

La justicia considera que el acusado contribuyó a deshacerse de la ropa de los detenidos que no servían como mano de obra, quienes eran asesinados en cámaras de gas. El juicio contra el exvoluntario que trabajó en los campos de concentración comenzará el 21 de abril.

La Fiscalía General de Hannover considera que el acusado estaba encargado de deshacerse del equipaje de los presos que llegaban al campo de exterminio nazi en Auschwitz, Polonia.

 

Oskar Groening, entonces voluntario de las Waffen-SS -el cuerpo de élite de las temibles Schutzstaffel (SS) nazis- sabía que los presos considerados no aptos para trabajar serían asesinados en cámaras de gas. Fue el “contable de Auschwitz” entre el 16 de mayo de 1944 y el 11 de julio de 1944.

 

De esta manera, por contribuir conscientemente con su trabajo a la maquinaria de exterminio sistemático nazi, la fiscalía lo denuncia por la complicidad en la muerte de alrededor de 300 mil personas en aquel campo de concentración.

 

 

Groening estuvo destinado al parecer a la plataforma a la que llegaban los trenes de presos entre mayo y julio de 1944. Desde el 16 de mayo al 11 de julio de ese año llegaron al lugar 137 trenes con unos 425 mil deportados desde Hungría, la mayoría de ellos judíos.

 

El acusado se encargaba de contar los billetes encontrados en los equipajes de los prisioneros y de deshacerse del equipaje para que los recién llegados no se enteraran del exterminio, según la fiscalía de Hannover.

 

La corte de Luneburgo, donde tendrá lugar el juicio, señaló que hasta ahora 55 querellantes se unieron al proceso. Hasta finales de julio están previstas 26 audiencias.

 

 

El juicio se enmarca en una serie de nuevos procesos a excolaboradores de campos de concentración nazis que se inició en 2011 con la condena a cinco años de prisión a John Demjanjuk, exguardia del campo de Sobibor.

 

El juicio sentó jurisprudencia y abrió el camino al procesamiento de personas que hicieran posible con su trabajo la maquinaria de exterminio nazi, sin necesidad de probar su participación en crímenes concretos.

 

 

En 2005, Oskar Gröning había indicado al diario Bild que se arrepentía de haber trabajado en el campo de exterminio, afirmando que seguía oyendo los gritos que llegaban desde las cámaras de gas.

 

“Me avergoncé durante décadas y sigo avergonzado hoy. No por mis actos porque nunca maté a nadie (…) Pero ofrecí mi ayuda. Era un eslabón en la máquina que eliminó a millones de personas inocentes”, recordaba entonces Gröning, que tenía 21 años durante su estancia en Auschwitz.

 

Desde el juicio de los mandatarios nazis en Nuremberg en 1945 y 1946, unos 106 mil soldados alemanes o nazis fueron juzgados, de los cuales 13 mil fueron reconocidos culpables y la mitad condenados, según la oficina alemana que censa los crímenes nazis, ubicada en Luisburgo.

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