miércoles, abril 24, 2024
Nacionales

Las peligrosas declaraciones de Suar: Doctrina del no te metás

La amenaza del principal productor de ficción y gerente de Canal 13 a los actores con ideología. La clave: el enojo de un sector afectado por los cambios de los últimos años. La respuesta de las asociaciones.

“Al don, al don, al don Pirulero / Cada cual, cada cual atiende su juego / Y el que no, una prenda tendrá”, cantábamos en la inocente infancia, haciendo girar las manos y mirando a los adultos, sorprendidos felizmente con el ademán. Las delicias del acervo popular hechas canción infantil, que luego valdrán para la vida… pero qué sabe uno en esa etapa lo caro que puede resultar el aprendizaje individualista, aun a riesgo de sanción.

A cuento del Don Pirulero, la semana pasada llegó la opinión de Adrián Suar. El dueño de Pol-ka y gerente de contenidos de El Trece, en una entrevista con Mariana Fabbiani por ese canal manifestó que no les cree a los actores que expresan su ideología: “Hay actores que se la están jugado por nada. A mí me cuesta creer eso de ‘por mi ideología’… es una escena que se inventaron; porque que grites y te pongas así no significa que tengas la verdad. Además, el 80 por ciento de los actores nunca hablaron de política”, afirmó interesadamente en una para nada novedosa posición que volvió a dividir las aguas. Obviamente, las respuestas no tardaron en escucharse.

La Asociación Argentina de Actores (AAA) fue la primera en recoger el guante: “No nos sorprenden las declaraciones de Adrián Suar, lo que no quiere decir que no nos produzcan desagrado y merezcan desde nuestro sindicato el rechazo más absoluto. Es evidente que en la balanza de sus actitudes se reconoce más como empresario que como actor”, afirmaron en un extenso comunicado que firmó su presidenta, Alejandra Darín. Allí, además, desnudaron la intención de las palabras nada ingenuas del gerente: “Suar pretende que defendamos exclusivamente intereses particulares. Que no nos importe el compañero. Que no nos importe nadie más que nosotros mismos. Pretende que no tengamos pensamiento político, participación ciudadana y, lo más grave, opinión. La situación de debilidad de cualquier trabajador actor, famoso o no, frente a nuestros patrones hace que las palabras de Suar suenen a amedrentamiento. Pues son ellos en cada oportunidad y por un tiempo limitado los que determinan quiénes trabajan y quiénes no”.

¿Por qué un gerente del multimedios Clarín, que se ha esforzado en infundir la idea de una grieta, sale a hablar en esos términos? “Hay una suerte de amenaza solapada. Es imposible no pensar que los que hoy hablamos podemos llegar a ser víctimas de nuestra posición”, admite el actor Osvaldo Santoro.

También Juan Palomino, conocido por su labor profesional pero además por su militancia gremial, explica: “Me afectó que Adrián dijera que hay actores que hacen las cosas por nada, o son tontos útiles que cobran. Cuando la conveniencia está en el medio a mí no me interesa; me interesa la convicción y respeto a los actores con convicción como Carella, Gené, Rivera López, Solá, que son artistas consecuentes con sus ideas y sin temor a manifestarse”.

“Es muy curioso lo del texto y el contexto. Parece que la mejor manera de salir de un problema es aludir a que se nos saca de contexto, lo cual resulta gracioso. Seguramente lo que dijo es producto de una letra que no le es propia, algo que le han dado a decir”, aporta una alta fuente de la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores). Pero al que suponga que lo del gerente de El Trece es una cruzada individual, que la inocencia le valga. El propietario de Pol-ka habló en su condición de integrante y fundador de la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit), que hoy preside Alejandro Borensztein y está conformada por las principales empresas del sector.

Para sumar leña al fuego, desde Cannes el director Damián Szifrón advirtió que en la distribución de recursos públicos para la cultura es necesario “cerciorarse de que quienes los reciban harán producciones honestas, nobles, que respondan a un deseo genuino de comunicación“, para evitar que sean destinadas a “gente amiga o aliada”. Por las dudas, el director de Relatos salvajes aclaró: “No estoy hablando de este gobierno, hablo de todos los que viví desde que tengo uso de razón. Desde que me dedico al cine como universo en el que me muevo, me pregunto por qué se hacen algunas películas”.

“No podemos ser ingenuos: lo que se da aquí es significativo, porque expone el evidente enojo de un sector, molesto por los cambios que sufrió la industria en pocos años. Los actores conseguimos algo inimaginado por muchos: hubo un gobierno que nos permitió expresarnos y reclamar nuestros derechos de otra manera; en ese sentido, bienvenido el debate y la confrontación”, agrega Santoro, miembro de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores e Intérpretes (SAGAI), a sabiendas de lo que costó imponer la ley del intérprete por medio de la cual se reconoce a los actores el derecho a percibir y administrar los recursos económicos que generan sus presentaciones a nivel local y en el exterior.

“Yo aprecio mucho a Adrián, pero me parece que decir que el actor que opina políticamente se deprecia es una equivocación, una frase desafortunada –insiste Santoro–. En pocos años logramos la creación de SAGAI, el robustecimiento de Actores. Ahora los empresarios se ven obligados a adecuarse a la realidad. Lo que conseguimos es un derecho que nos fue negado por muchos años, no un capricho”.

Gustavo Garzón parece un poco más contemplativo: “No me parece que haya que demonizar a Suar, lo que expresa es propio de su rol, pero a la vez hay que destacar que en su empresa trabajan muchos compañeros que son kirchneristas. Los empresarios que dan trabajo a los actores son dos o tres: él es uno de ellos. Mientras la ideología no sea razón para que peligre una fuente de trabajo, que cada uno diga lo que quiera”. Otra que también asumió la defensa de su esposo fue Griselda Siciliani, que lanzó un ataque feroz: “Alejandra Darín no representa a los actores”, llegó a tuitear enfurecida.

“Una parte del empresariado ha crecido a la luz de esta división. Mientras Siciliani no participa del trabajo colectivo pero se da el lujo de atacar al sindicato, porque en el fondo cree que la salida es individual, hay otros que creemos en otra cosa. En ese punto es imposible acercar las posiciones, porque para mí la salida es del conjunto”, responde ahora Palomino, que fue compañero de Suar en los comienzos de Pol-ka y que ha demostrado una impronta ideológica y social.

Un dato no menor es que Actores ha denunciado varias veces a integrantes de Capit. Sin ir más lejos, en agosto del 2013 la asociación que dirige Darín demandó a Pol-ka por una “jugada” para pagarles a actores por un convenio publicitario y evitar el aporte al sindicato: “Hemos informado a la empresa que si en el transcurso de esta semana no paga la deuda salarial a los actores que participaron de la publicidad de Volkswagen, tampoco podrá utilizar (el aviso) el sábado 31 de agosto. Cabe aclarar que esta productora incumplió un convenio de partes para la realización de una serie web de ficción, utilizando dicho convenio para publicitar un producto, y de esa manera abonar salarios muy inferiores a los que corresponden por Convenio Colectivo de Trabajo 102/90 que regula la actividad actoral en publicidad”, expresaba el comunicado, que señalaba este accionar como frecuente: “Hay trabajo en negro fomentado por los empresarios. Hay aportes patronales eludidos que afectan a la Obra Social de Actores en particular y al Sistema Nacional Integrado de Salud, lo que configura un delito tributario”.

“Para mí, cuando dicen que la presidenta de Actores no representa a los trabajadores, se pretende instaurar la idea de que el sindicato desaparezca. Hay muchos colegas que se convirtieron en un producto y yo no los voy a criticar, pero para mí, si sos actor, tenés que tener un sentido de conjunto que esté más allá de los intereses individuales”, suma Palomino. Hasta acá, nada nuevo: desde que el capitalismo es capitalismo, los dueños del dinero hacen valer su poder.

“Es cierto que la clase media tiende a no interesarse por la política, pero no tiene mucho sentido ese punto del debate –dice Garzón–. Adrián es una persona a la que quiero mucho, pero ¿que crea o no el posicionamiento ideológico de los colegas es importante? Políticamente, él tiene una manera de pensar, que es diferente a la mía”. La cuestión tiene tal vez otras aristas. Ante las repercusiones mediáticas de sus dichos, a la respuesta de la asociación que preside Alejandra Darín se sumaron otras voces y entonces el gerente de contenidos del canal de Constitución tuvo que salir a aclarar. Para eso eligió nuevamente un programa propio: salió por teléfono en el almuerzo dominguero que anima Mirtha Legrand, donde trató de ubicarse como víctima de los mecanismos mediáticos.

Curiosamente, el de Legrand se ha convertido en un plató aparentemente abierto a la inclusión. Ante la mirada incómoda de la señora de los almuerzos, actores de la casa manifestaron su impronta política. En marzo, por ejemplo, Suar fue invitado junto a Guillermo Francella para presentar la obra que hacen sobre la avenida Corrientes y la blonda les preguntó cómo veían al país. “Yo voy al gimnasio y hago cinta mientras miro la tele, y en una hora no hay una noticia linda de mi país… Y yo creo que no es así mi país, todo malo no es mi país. No me gustan los agitadores: hay medios que leés y decís ‘es una cargada’, parece una cámara oculta”, dijo Francella ante el estupor de sus compañeros de mesa. Días después, la escena se repetía con Mercedes Morán defendiendo la Ley de Medios y el actor Dady Brieva, que llegó a decir: “Soy peronista. Y este gobierno es el más peronista después de Perón”.

“Es obvio que uno siempre está más cómodo con los que piensan de la misma manera, porque luchás por las mismas cosas, pero no creo que haya que descalificar a Suar ni a nadie por opinar diferente. El debate de los medios es diferente al debate real que pretende instaurar este gobierno”, sintetiza Garzón.

“La ejemplaridad viene del poder: el perro tiene la cara del amo”, dijo como si tal cosa el dueño de Pol-ka en aquel memorable almuerzo televisado. Nada extraño en un mundo donde el discurso dominante es que el que opina pierde y a los niños se los instruye y aplaude por entonar, risueños, que cada cual atiende su juego.

Así empezó todo

La tarde corría apacible, entre chimentos sobre el futuro casamiento de Wanda Nara o la vuelta al ruedo de Nazarena Vélez. Pero el rating manda y El diario de Mariana peló nota con el pope del canal. Después de profesar amor eterno a su mujer, Adrián Suar disparó: “Hay actores que se la han jugado por nada y se depreciaron muchísimo. A mí me cuesta creer eso de ‘por mi ideología…’ que es una escena que se inventaron; porque que grites y te pongas así no significa que tengas la verdad”.

A las pocas horas, la Asociación Argentina de Actores, presidida por Alejandra Darín (foto), respondía con un comunicado lapidario: “Suar pretende que defendamos exclusivamente intereses particulares. Que no nos importe el compañero. Que no nos importe nadie más que nosotros mismos. Pretende que no tengamos pensamiento político, participación ciudadana y lo más grave, opinión”.

“Nos ha costado, todavía nos cuesta, y seguimos luchando para que los empresarios del sector, Suar entre ellos, reconozcan plenamente nuestra condición de trabajadores y respeten íntegramente nuestros derechos laborales. Lo único que falta es que sea un exponente de ese sector el que pretenda darnos el certificado de buenos ciudadanos y nos diga qué debemos decir y qué no”, finalizaba el mensaje dirigido al dueño de Pol-ka y, por su intermedio, al empresariado.

Opinión

“Suar parece el dueño de Fiat”
Por Arturo Bonín / Actor

Adrián Suar fue actor, pero ahora es un empresario y habla como tal. Demanda no politizar, pero al agarrar un micrófono y atacar a sus ex compañeros, hace política. Al hablar desde el poder que tiene, Suar nos amenaza y luego dice que lo sacan de contexto. Recuerdo que alguna vez trabajé en Pol-ka cuando esta era una productora independiente. En ese momento me trataron muy bien, así que tengo la sensación de que ahora que está en una posición dominante, ha cambiado el discurso. Eso duele.

Soy un tipo grande, he vivido muchas cosas y no me sorprende que intente marcar la cancha y determinar las reglas de juego. Por años, estos muchachos han hecho el campo orégano. Suar parece el dueño de Fiat: se cansaron de ganar plata pero ahora que las leyes dicen que tienen que repartir justamente, sienten que los avasallamos.

Pues bien, estos y tantos otros tendrán que aprender que los pasos dados no se retroceden. Los actores logramos grandes cosas y queremos mucho más, lo que nos corresponde como cualquier trabajador. Eso somos, la historia nos acompaña y vamos a seguir sumando.

Fuente: Infonews.

 

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